«No debería ser responsabilidad del consumidor averiguar lo que es cruel y lo que es bueno, lo que es destructivo para el medio ambiente y lo que es sostenible. Los productos alimenticios crueles y destructivos deben ser ilegales. No necesitamos la opción de comprar los juguetes para niños hechos con pintura de plomo, o aerosoles con clorofluorocarbonos, o medicamentos con efectos secundarios no marcados. Y no necesitamos la opción de comprar los animales criados en granjas industriales»
– Jonathan Safran Foer, Eating Animals